
Renta variable

La renta variable es un tipo de inversión formado por todos aquellos activos financieros donde el capital invertido y la rentabilidad no están garantizados, ni son conocidos de antemano.
El ejemplo más común de la renta variable son las acciones, una acción es una pequeña proporción del capital de una empresa. Si posees acciones, eres dueño de parte de la empresa. Si la empresa obtiene beneficios durante el ejercicio, podrá repartir los beneficios entre sus accionistas, esto lo debe decidir la junta general. Los beneficios se reparten en forma de dividendos.
A muy largo plazo, la renta variable es el único producto de inversión que consigue batir la inflación. Esto se debe a la alta correlación entre la renta variable y el crecimiento económico de un país a largo plazo, aunque hay fluctuaciones que pueden afectar a los rendimientos de la inversión a corto y medio plazo.
¿Y por qué se llama renta variable? Porque a lo largo del tiempo varía. Su rentabilidad depende de distintos factores como, evolución de la empresa, del sector, comportamiento del mercado, economía del país, etc. La renta variable no presenta la seguridad que pueden ofrecer otros activos de inversión.
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Diferencias entre la renta variable y renta fija
Una de las principales diferencias entre renta variable y renta fija es el concepto de riesgo, es decir, cuando invertimos nuestro dinero en renta fija tenemos de antemano una información segura (precio, valor nominal, etc.), y sobre todo, conocemos la rentabilidad que recibiremos. Se tratan de activos que apenas poseen riesgos.
En cambio, cuando invertimos en renta variable, nuestra rentabilidad no está garantizada, podría subir o bajar.
- La renta variable la conforman las acciones de las empresas que cotizan en bolsa. Es decir, si inviertes en bolsa, inviertes en renta variable.
- La renta fija está formada por activos financieros de deuda emitidos por el Estado o por entidades públicas y privadas.
Tipos de activos de renta variable
Entre los activos de renta variable más comunes podemos encontrar:
- Acciones.
- ETFs.
- Índices bursátiles.
- FOREX o divisas.
- Materias primas.
Si inviertes en diferentes activos a la vez, conseguirás una mayor diversificación en cartera y con ello reducir el riesgo.
¿Cuáles son las mejores inversiones en renta variable?
Antes de empezar a construir una cartera de renta variable, cualquier inversor debe tener claro el objetivo que se busca, el riesgo que puede asumir y horizonte temporal de inversión. Existe una gran variedad de estrategias que se pueden aplicar a la renta variable.
Estrategia de gestión pasiva
La inversión pasiva busca la rentabilidad a través de replicar un índice bursátil. En este tipo de inversión el gestor no tiene que decidir cuáles son las empresas que deben formar parte de la cartera, si no es el índice quien se convierte en la referencia y el trabajo de la gestión es básicamente es replicar su comportamiento.
Existen varias formas de replicar un índice, siendo la réplica física completa, el método más eficaz. Radica en que el gestor del fondo compra todos los valores que forman el índice y en la misma proporción. La mayoría de los fondos indexados y ETFs siguen esta estrategia.
Un ejemplo de estrategia de gestión pasiva en renta variable puede ser el fondo Vanguard U.S. 500 Stock Index Fund.
Estrategia de dividendos
Se trata de la compra periódica de acciones de empresas y mantenerlas sin importar sus fluctuaciones de mercado. Par ello se buscan empresas estables, sólidas y con buen historial de pagos en dividendos.
En esta estrategia de inversión el cobro de dividendos es el objetivo fundamental. Los inversores en dividendos son inversores que no buscan las turbulencias de los ciclos, los altibajos o las crisis de los mercados financieros. Solamente invierten su dinero en empresas rentables y esperan que esas empresas crezcan cada año o al menos generen beneficios regulares.
Estrategia sectorial
Este tipo de estrategia diversifica la cartera en valores de renta variable de uno o varios sectores. Dependiendo de la fase del ciclo económico en la que nos encontremos, movemos el dinero hacia uno (o varios) de los sectores con mejor rendimiento. Hay muchos fondos de inversión sectoriales disponibles para aplicar esta estrategia de inversión en acciones.
Estrategia de crecimiento (Growth investing)
En este tipo de estrategia el inversor busca o estudia empresas con negocios que vayan a crecer mucho en el futuro. Los inversores en este tipo de empresas entienden que aunque en la actualidad se paga un precio alto por dichas compañías, con el tiempo la rentabilidad será mucho mayor.
El análisis que suele hacer el inversor va más allá de los estados financieros de la empresa e intenta determinar su papel en el sector, su cuota de mercado, el crecimiento estimado de su mercado potencial, etc.
Estrategia de valor (Value investing)
También conocida como inversión en valor, es la formada por todos aquellos inversores que buscan empresas muy baratas (gangas). Compran acciones de empresas que consideran infravaloradas desde el punto de vista fundamental.
La inversión en valor se basa en la idea de que es posible comprar acciones de empresas por menos de lo que realmente valen.
Estrategia de tendencia (Momentum investing)
Los inversores que siguen la estrategia Momentum tratan de seguir o acompañar la tendencia del mercado. Esta estrategia se basa en la suposición de que el mercado tiene cierto impulso y que las empresas seguirán ganando cuando ganen y perdiendo cuando pierdan. En general, los inversores de tendencia se centran más en el análisis técnico que en el análisis fundamental. El análisis técnico se basa en la idea de que el precio es el mejor indicador para tomar decisiones de compra y venta, y que observando su evolución se pueden reconocer patrones que sirven para predecir la evolución futura.
La rentabilidad de las acciones supera en el largo plazo a todos los demás activos financieros.
Conclusión
Resumiendo, los productos de renta variable, se puede decir que son los reyes en el mercado de valores. Es posible realizar buenas inversiones en ellos, con la estrategia que mejor se ajuste a nuestro perfil inversor y también no debemos olvidar las ventajas de los fondos de inversión.
Antes de cualquier contratación en fondos, es recomendable informarse legal y fiscal del producto que vamos a contratar. Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
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