Inflación

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La inflación es un fenómeno que se define por el aumento continuo y generalizado de los precios de los bienes y servicios que existen en una economía. Existen diferentes formas de mediar la inflación, aunque la más comúnmente usada es a través del IPC (índice de precios al consumo), que mide las variaciones de una cesta de bienes adquiridos por los hogares en términos porcentuales.

Para calcular ese porcentaje de pérdida se tienen en cuenta todos los bienes y servicios que consumen las familias, es decir los artículos de consumo diario (los alimentos, la gasolina), los artículos de consumo duradero (la ropa, los artículos de tecnología, los vehículos o los electrodomésticos), y los servicios (los seguros, el alquiler).

La subida de los precios provocados por la inflación hace que se puedan adquirir menos bienes y servicios por cada euro con el paso del tiempo. Es decir, produce que cada euro valga menos mañana que hoy.

¿Por qué es importante la inflación?

La inflación a medio plazo actúa como un impuesto sobre nuestros ahorros, haciendo perder nuestro poder adquisitivo. Estas pequeñas dosis de inflación en el corto plazo parecen insignificantes, tienen un efecto devastador en el medio plazo sobre nuestros ahorros, en caso de que estos no estén invertidos en activos que al menos igualen el porcentaje de la inflación.

Causas de la inflación

Existen tres tipos de inflación:

  • Inflación por consumo o demanda: Este tipo de inflación obedece a la ley de la oferta y la demanda. Si la demanda de bienes excede la capacidad de producción o importación de bienes, los precios tienden a aumentar.
  • Inflación autoconstruida: Esta inflación se produce cuando un fuerte incremento futuro de los precios, y entonces se comienza a ajustar estos desde antes para que el crecimiento sea gradual. Se llama autoconstruida porque se construye de manera artificial con un objetivo y puede provocar una espiral negativa.
  • Inflación por costes: Esta inflación sucede cuando el precio de las materias primas (petróleo, energía, etc.) aumenta, lo que provoca que el productor, busca mantener su margen de ganancias, incrementando los precios. Como la compra de materias primas o la contratación de mano de obra salen más caras, las compañías compensan aumentando los precios.

Un ejemplo habitual ocurre con las aerolíneas, cuando sube el precio del petróleo normalmente se ve reflejado en el precio de los billetes.

Tipos de inflación según su magnitud

La inflación según la magnitud del aumento suele clasificarse en diferentes categorías:

  • Inflación moderada: Este tipo de inflación ocurre cuando el aumento de los precios se produce de forma moderada, es decir, se mantienen estables. Con aumentos que no llegan al 10% anual.
  • Deflación: Es una contracción de la oferta monetaria en una economía de un país, que produce una bajada general de los precios en una economía. En otras palabras, es el término contrario a la inflación.
  • Inflación galopante: La inflación galopante se produce cuando los precios incrementan las tasas de dos o tres dígitos de 30, 120 ó 240% en un plazo promedio de un año. Es decir, un producto puede triplicar su precio en un año, provocando una gran pérdida en el poder adquisitivo. Cuando se llega a establecer una inflación galopante se produce grandes cambios económicos. En una situación así, el dinero pierde valor a una velocidad tal que impacta gravemente en la economía, afectando incluso a las transacciones diarias.
  • Hiperinflación: Es un tipo de inflación anormal en el cual el índice de precios aumenta en un 50% mensual, es decir, equivale a una inflación anual del 13.000%, parece una locura, pero ha habido muchos casos de hiperinflación a lo largo de la historia. En estos casos, la capacidad de las personas para comprar bienes y servicios es casi nula. La causa suele ser una profunda crisis económica. Este tipo de inflación suele suceder cuando los gobiernos financian sus gastos con emisión de capital inorgánico sin ningún tipo de control, o bien porque no existe ningún tipo de regulación sobre la entrada y salida de capital.

¿Cómo se detiene la inflación?

Para detener la inflación, los bancos centrales tienden a incrementar la tasa de interés de la deuda pública. Esto eleva los tipos de interés de los créditos al consumo (tarjetas de crédito, hipotecas, etc.). Cuando los tipos de interés suben para los consumidores, la demanda de productos se ralentiza.

La desventaja de este control es que cuando la demanda del producto disminuye, también lo hace la industria que lo produce, lo que puede llevar al estancamiento económico y al desempleo.

  • Reducir la cantidad de moneda en circulación: Al reducir la cantidad de dinero en circulación, se puede posponer la devaluación de la moneda. El riesgo para los consumidores es que esto suele conducir a una congelación de los salarios y de la inversión pública.
  • Subir los tipos de interés: Se trata de un intento de animar a la gente a ahorrar. Si los tipos de interés suben, habrá menos dinero en circulación porque menos personas estarán dispuestas a pagar el coste de un préstamo.

¿Cómo protegerse contra la inflación?

La inflación es siempre algo que debe preocuparnos como inversores. Para hacer frente a la temida inflación no es recomendable poner el dinero debajo del colchón, debemos buscar activos que nos den un retorno superior a la inflación, como pueden ser depósitos bancarios, fondos de renta fija, fondos de renta variable, etc.

A largo plazo la bolsa ha demostrado su capacidad de generar retornos muy superiores a la inflación. Desde 1928 la bolsa americana ha subido un 9,8% anual, mientras que la inflación lo hacía en torno al 4% anual. De esta manera se puede decir que las acciones han crecido a un ritmo casi del 7% anual respecto a la inflación. La clave para conseguir los mejores resultados es tener una cartera bien diversificada, tanto en número y clases de activos como por zonas geográficas.

¿Por qué los gobiernos no pueden hacer que haya una inflación cero?

La primera pregunta es: ¿Por qué existe la inflación? Esta pregunta tiene aspectos positivos y negativos. Hay al menos dos razones por las que es mejor tener "algo" de inflación.

La primera razón es que la inflación es mejor que la deflación, que es un descenso de los precios. Es mala porque la deflación aumenta los precios reales, lo que incrementa la deuda de las personas que piden préstamos, lo que aumenta la tasa de impago y conduce a una gran crisis crediticia. Las empresas quiebran, los trabajadores pierden su empleo y el acceso al crédito se hace más difícil. Otra razón es que la inflación puede ser el resultado de políticas deseables, como las altas tasas de empleo.

Conclusión

Por tanto para combatir a este temido enemigo silencioso, la solución pasa por la inversión. Cuando los ingresos se mantienen iguales y no cambian los hábitos de consumo, se deberá destinar más dinero a los gastos y esto podría ocasionar que las personas consuman su dinero antes de fin de mes. Los productos que más suben en épocas de inflación son los de mayor consumo, con lo que este aumento de los precios lo sufren todos los consumidores.

La inflación es un importante quebradero de cabeza para muchos, que quieren saber cómo superar la inflación para que sus ahorros no se vean debilitados. Una preocupación que se multiplica especialmente entre los jubilados, que ven a la inflación como la gran amenaza para su jubilación. 

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