¿Qué son los Derivados Financieros y sus tipos?

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Los derivados financieros son instrumentos que se utilizan en el mundo de las finanzas para gestionar y cubrir riesgos, así como para obtener beneficios a partir de las fluctuaciones del mercado. Estos instrumentos son complejos y pueden ser difíciles de entender para los inversores que no tienen experiencia en el mundo de las finanzas.

Hoy te explicamos todo lo que necesitas saber sobre los derivados financieros: qué son, cómo funcionan y cuáles son los principales tipos de derivados que existen en el mercado.

Desde los futuros y opciones hasta los swaps y los contratos por diferencia, te presentamos una guía completa para que puedas entender mejor estos instrumentos financieros y tomar decisiones de inversión informadas y acertadas.

Sigue leyendo para descubrir qué son los derivados financieros y cómo pueden afectar a tu cartera de inversiones.

Para qué se usan los derivados financieros

Los derivados financieros se emplean principalmente para cubrir riesgos o para obtener beneficios a partir de las fluctuaciones del mercado. Estos instrumentos financieros permiten a los inversores obtener exposición a un activo subyacente, como una acción, un índice bursátil, una moneda o una materia prima, sin tener que poseer el activo en sí mismo.

Algunos de los usos más comunes de los derivados financieros son:

  1. Cobertura de riesgos: los inversores pueden utilizar derivados financieros para cubrir los riesgos asociados con una cartera de inversión. Por ejemplo, pueden utilizar un contrato de futuros para protegerse contra una caída en el precio de un activo subyacente.
  2. Especulación: los inversores también pueden utilizar los derivados financieros para especular sobre el movimiento futuro de un activo subyacente. Si creen que el precio de un activo subyacente va a subir, pueden comprar un contrato de opciones, que les permite obtener beneficios si el precio sube.
  3. Arbitraje: los inversores también pueden utilizar derivados financieros para aprovechar las diferencias de precios entre diferentes mercados o activos. Por ejemplo, pueden emplear contratos de futuros para aprovechar una diferencia de precio entre el mercado de futuros y el mercado de valores.
  4. Reducción de costes: los derivados financieros también se usan para reducir los costes de transacción asociados con la inversión en un activo subyacente. Por ejemplo, un inversor puede utilizar un contrato de futuros para comprar una gran cantidad de un activo subyacente, lo que reduce los costos asociados con la compra directa del activo.

Tipos y ejemplos de derivados financieros

Las tipologías de productos derivados más frecuentes son las siguientes:

  • Futuros: los contratos de futuros se utilizan para fijar un precio de compra o venta en el futuro de un activo subyacente, como pueden ser materias primas, divisas o índices bursátiles. Algunos ejemplos de contratos de futuros incluyen el contrato de futuros del oro, el contrato de futuros del petróleo y el contrato de futuros del índice S&P 500.
  • Opciones: las opciones son contratos que otorgan al comprador el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo subyacente a un precio determinado en una fecha específica. Por ejemplo, un inversor podría comprar una opción de compra sobre una acción de una empresa a un precio determinado, lo que le permitiría adquirir esa acción a ese precio si el valor de la acción sube.
  • Swaps: los swaps son contratos que permiten a dos partes intercambiar flujos de caja futuros, como pueden ser los tipos de interés o los tipos de cambio. Por ejemplo, un banco podría utilizar un swap de tipos de interés para protegerse contra el riesgo de fluctuaciones en los tipos de interés.
  • Contratos por diferencia (CFD): los CFD son contratos que permiten a los inversores especular sobre las fluctuaciones de precios de un activo subyacente sin poseer el activo en sí. Por ejemplo, un inversor podría comprar un CFD sobre una acción de una empresa, lo que le permitiría obtener beneficios si el precio de la acción sube, sin tener que comprar la acción en sí.

Invertir en derivados financieros: ventajas e inconvenientes

Invertir en derivados financieros puede tener varias ventajas, pero también hay que tener en cuenta sus inconvenientes.

A continuación, te presento algunos de los pros y contras de invertir en derivados financieros:

Ventajas

Cobertura de riesgos: los derivados financieros se utilizan principalmente para cubrir riesgos, lo que significa que pueden ser una herramienta útil para proteger una cartera de inversiones contra posibles pérdidas.

Potencial de beneficios: algunos derivados financieros, como los contratos de futuros y opciones, pueden utilizarse para obtener beneficios a partir de las fluctuaciones del mercado. Si se utilizan correctamente, estos instrumentos pueden ser una forma de obtener beneficios significativos en un corto período de tiempo.

Accesibilidad: en muchos casos, los derivados financieros son más accesibles que los activos subyacentes en los que se basan. Por ejemplo, es más fácil invertir en contratos de futuros de oro que comprar oro físico.

Inconvenientes

Riesgo de pérdida: al igual que cualquier inversión, los derivados financieros implican un riesgo de pérdida. Si el mercado se mueve en contra de la posición tomada, se pueden sufrir pérdidas significativas.

Complejidad: los derivados financieros son instrumentos complejos que pueden ser difíciles de entender para los inversores sin experiencia en el mundo de las finanzas. Es importante comprender completamente los riesgos y beneficios asociados con cada tipo de derivado antes de invertir en ellos.

Costes/comisiones: los derivados financieros suelen tener costes asociados, como comisiones y márgenes. Estos costes pueden reducir los beneficios potenciales y aumentar las pérdidas.

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