Cómo ahorrar si eres estudiante

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Ser joven implica muchas cosas, buenas y malas. Es una etapa donde te desarrollas y creces personal y profesionalmente, que en muchos casos implica salir de casa, dejar a la familia y subsistir con el poco dinero que ganas o que te dan tus padres.

Ahorrar dinero siendo estudiante es posible con un poco de planificación y esfuerzo de voluntad. Verás cómo rápidamente empezarás a gastar menos y hacer crecer tus ahorros.

En este artículo revelamos los 7 claves para que cualquier estudiante pueda conseguir ahorrar. Aplícalas, y nunca tendrás que explicar a tus padres cómo has quedado sin dinero antes de tiempo.

7 tips para ahorrar dinero si eres estudiante

A continuación te voy a dar siete útiles y fáciles consejos para que ahorrar no se haga misión imposible.

#1. Evita comer fuera

Ya sea en cadenas de comida rápida o en restaurantes de clase alta, el coste de comer fuera es mayor que el de cocinar en casa. Limita las ocasiones para comer fuera solo a los momentos especiales, por ejemplo, en los cumpleaños y aniversarios.

Si debes comer fuera y tienes un presupuesto pequeño, la comida rápida será tu mejor apuesta. No obstante, es menos saludable que otras opciones porque obtendrás muchas más calorías por cada euro que gastes.

#2. Vive en un piso compartido

Una de las mejores formas de ahorrar mientras estudias es vivir en casas o pisos compartidos, en lugar de vivir en solitario. Si divides la renta del alquiler entre un grupo en lugar de pagarla entera, ahorrarás un buen pellizco cada mes. Además, podrás dividir las facturas de los consumos y los gastos para muebles compartidos, por lo que ahorrarás todavía más.

#3. Protege tu dinero

Te hará falta algún sitio donde guardar el dinero que recibas hasta que lo gastes. El mejor lugar es el banco. Lo ideal es que tenga sucursales tanto donde viven tus padres como dónde vas a estudiar.

Cuando abres una cuenta, lo más cómodo para acceder a tu dinero es que te den una tarjeta de débito.  Es posible que puedas pedir también una tarjeta de crédito. Es importante entender la diferencia entre ambas.

  • Tarjeta de débito: Cuando pagas con una tarjeta de débito, o cuando la utilizas para sacar dinero de un cajero automático, el importe se deduce inmediatamente de tu cuenta. Cuando tu cuenta está en cero, no puedes utilizar la tarjeta de débito.
  • Tarjeta de crédito: Las tarjetas de crédito te permiten seguir comprando aunque no tengas dinero. Al comprar, el saldo de tu cuenta no cambia porque es el banco quien paga por ti. Se genera así una deuda con tu banco que suele liquidarse a final de cada mes. Si no hay dinero suficiente en tu cuenta, pagarás intereses elevados sobre esa deuda mientras exista.

#4.  Planifica tu presupuesto

Una de las formas más sencillas y eficaces de organizarse es elaborar un plan, es decir, hacer un presupuesto en el que muestres de manera clara y concisa cuáles van a ser todos tus gastos fijos al mes, y, por otro lado, cuáles van a ser tus ingresos. Por ingresos entendemos aquel dinero que recibes por algún trabajo eventual o parcial o, simplemente, el dinero que te proporcionan tus padres al mes.

Es importante que estos ingresos sean realistas y fijos, ya que, si sabemos que podemos optar a más ingresos de los que tenemos fijados previamente, puede dar lugar a un error de organización y en consecución, de ahorro por nuestra parte.

Como todos sabemos, lo ideal es que los ingresos superen los gastos. De esta manera, el dinero que te sobre de cada mes es justo el dinero que puedes destinar a tus ahorros. El problema radica en que si los ingresos son menores que los gastos no podremos ahorrar.

#5. Coge libros de la biblioteca

Afortunadamente, en internet hay miles de libros, artículos y revistas digitales para hacer trabajos académicos. Pero, en caso de no encontrar lo que buscas, lo ideal es ir a la biblioteca de tu facultad o a otras bibliotecas cercanas antes de comprarlo. En caso de que no esté disponible ninguna copia física, consulta precios de segunda mano.

 #6. Dale una oportunidad a las cosas de segunda mano

El creciente negocio de segunda mano, con aplicaciones como Wallapop, además de ayudar al medio ambiente apoyando a un consumo más lento y considerado, es la mejor opción a la hora de ahorrar. Ya sea para tanto para vender como para comprar.

Esta práctica se puede llevar a cabo de manera online o en físico con tiendas de segunda mano o vintage. Y aunque puede llevar algo de tiempo encontrar la ropa u objetos en estas tiendas, al final se acaba convirtiendo en un ejercicio divertido que incluso puedes hacerlo acompañado de amigos.

Lo mismo ocurre con la venta. Si tienes prendas en el armario que ya no te gustan o unos libros que ya no utilizas, puedes venderlos y así sumar un dinero extra a tu cuenta de ahorros.

#7. Haz ejercicio gratis

Hoy en día no es necesario apuntarse al gimnasio para hacer ejercicio. Puedes hacerlo gratuitamente sin ningún problema e igualmente efectivo. En youtube y redes sociales puedes encontrar mil cuentas que te ofrecen rutinas gratuitas. Como decíamos, caminar o ir en bicicleta a clase también nos ayudará a mantenernos en forma.

Por otro lado, puedes apuntarte a algún deporte en los equipos de la universidad, además de pasar un buen rato conocerás gente nueva.

Conclusión

Antes de poner en práctica estos consejos, te aviso que, si no eres una persona concienciada con el ahorro, te costará mucho seguirlos a largo plazo. Ser inteligente con el dinero significa ajustar tus gastos en todos los ámbitos de tu vida para potenciar tus objetivos de ahorro.

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